Nacional

Una tarde con un romántico culichi

Por domingo 1 de agosto de 2010 Sin Comentarios

Por Mario Arturo Ramos*

Una noche de 2003 en un centro cultural de la colonia Condesa, de la Ciudad de México, presenté el cancionero Las canciones con sabor a mí de Álvaro Carrillo. La sesión contó con la presencia de Alberto Ángel “El cuervo” quien aceptó cantar algunos temas del ingeniero; le conté a Alberto que para acompañarlo contaba con el guitarrista Alejandro Sánchez, con quien he compartido desveladas, musicadas, “bohemiadas”, cantadas, la sincera amistad y de quien siempre señalo que es el único gerente de banco, que he visto renunciar a la comodidad de una oficina y a un generoso sueldo, a cambio de pulsar la encantadora guitarra; fuente generadora de acordes y pan digno. Alejandro me comentó que se encontraba trabajando con un sinaloense –admirador de Carrillo– Miguel Ángel Palazuelos, que sería una gran satisfacción para el dueto abrir el programa; la calidad auditiva de Alejandro junto a su vocación garantizaba el éxito. La noche se fue rápido, “El cuervo”, Pepe Jara, la familia de Álvaro, cantaron obras del compositor e intérprete de la Costa Chica, motivo del libro-disco compacto que nos reunía. Miguel Ángel y Sánchez, recibieron sinceros aplausos por el buen sabor de boca que dejaron entre los asistentes por su actuación sincera y emocional. Meditando en la mesa donde observé transcurrir la tertulia músico/literaria me convencí que el romanticismo era el eje de unidad del dueto.

Guitarrista y cantor durante una buena cantidad de tiempo, con canciones del gran catálogo mexicano, han llenado de música un lugar de la ciudad de México, en medio de carteles taurinos firmados por José Puente, pinturas, brindis y espontáneos cantores. De jueves a domingo con el “plus” de la gentil “Chela”, empuñan el timón de la bohemia con momentos que vencen al olvido. En mis frecuentes visitas al restaurante-bar, los diálogos con Palazuelos han versado por su extensa historia de intérprete y su memoria prodigiosa de cancionista, así he descubierto a un personaje que pertenece a la estirpe de los últimos románticos musicales que quedan. ¿Quiénes son estos eslabones? Bueno hay que señalar las cualidades que los distinguen (otras opiniones creen que las mismas son defectos), cantan horas y horas con una entereza a toda prueba de pláticas y cuchicheos, de ninguneos y solicitudes extravagantes de los parroquianos(as), bajo la prisa de los meseros que atienden a los clientes, mientras la lluvia baña la ciudad. Una tarde de verano realizamos la charla que muestra a un romántico culichi de corazón entero.

La vocación de cantar

Miguel Ángel Palazuelos nació en las calles de Bravo y Escobedo de la ciudad capital del estado de Sinaloa, el año de 1933. A temprana edad la influencia de sus tíos: Ignacio, Atenor, Bernabé, Pedro, Alejandro, lo llevaron por el oficio que por sesenta años ha ejercido y que este 2010 celebra como al principio con música. Sus primeras interpretaciones sucedieron el seno de las fiestas familiares de la calle Benito Juárez, donde en especial su tío Nacho influyó de manera determinante en la decisión de dedicarse al canto popular. Su juventud transcurrió entre los tonos melodiosos de las voces de Daniel López, S. Álvaro Medina, Pedro Hernández, Rigoberto Miller; las orquestas: Estrella, “Cachi” Anaya, Álvarez, que entre otras agrupaciones dominaban los sentimientos amorosos de aquellos tiempos. Sus primeros logros públicos sucedieron en 1951, al triunfar como cantante de un concurso organizado por la estación de radio local patrocinado por el “Café nayarita”; ocho años después ganó otro certamen convocado por la televisora de Hermosillo, Sonora. El premio consistió en un viaje a los micrófonos de la radio y a la pantalla chica de la Ciudad de México donde participó en el programa “Arte y destreza”. El año de 1963 decidió vivir en la antigua “Región más transparente del aire” acompañado por su esposa, Teresa de Jesús Díaz, mocoritense de cepa –hija de Manuel Díaz Santisteban– fue el sitio que escogió como plataforma para desarrollar su tarea artística. En 1970 en la compañía discográfica Rex, grabó un disco Long Play en unión de Jorge Macías (QEPD), bajo la dirección de Jorge Acosta, de aquella producción recordamos los temas. “La norteña”, “Un viejo amor” etc.

Los logros de Miguel Ángel

En los 70´s una alternativa de la música popular que promovía Televisa, fueron la barra de polémicos programas de Imevisión conducidos por el veracruzano Jorge Saldaña; en ellos se presentaban cantoras y cantores que destilando romanticismo y nostalgia trataban de poner en la balanza del gusto popular las canciones de antaño. Palazuelos actuó en dichas emisiones de 1980 a 1991, la mayoría de veces con Jorge Macías al lado. La privatización de la televisora del estado trajo como consecuencia la desaparición de Folclorama, Sopa de letras, Nostalgia, El juicio de los discos y otros programas conducidos por Saldaña. Miguel Ángel continuó su camino, alternando con figuras como las excepcionales cubanas Elena Burke y Omara Portuondo, la inmortal Toña “La negra”, Daniel Riolobos, José Antonio Méndez, Amparo Montes, Ema Elena Valdelamar, Avelina Landín y otras figuras de la época de oro de la canción romántica. Siguió grabando discos entre los que destaca el realizado con el compositor jalisciense Francisco Flores Becerra, su compilación de obras de grandes compositores que en su voz alcanzaron matices personales; sus actuaciones en diferentes escenarios a lo largo y ancho del país. De esta forma llegó al final del segundo milenio haciendo lo que mejor sabe hacer: cantar al amor.

Sesenta años de cantar

Este 2010, Palazuelos –como señalé– cumple sesenta años de cantar temas amorosos, mi “brother” Alejandro con su guitarra, y “Chela” con su estilo tan propio son el marco ideal para que la celebración sea inolvidable. Los “fans” disfrutan las sesiones, yo también gozo –de vez en vez– las actuaciones de los artistas. Así paso algunas tardes realizando recorridos por el romanticismo en sus voces y armonías; a veces la lluvia acompaña a los cancionistas y en los momentos de descanso, escucho a Miguel Ángel contar sus máxima aspiración: celebrar el cumpleaños cancionero en el teatro Pablo de Villavicencio, con sus paisanos, con su gente, con los amigos y parientes que siempre le han aplaudido su manera cantar al romace.

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